El Vehículo de Ocasión, un ACTIVO a tener en cuenta.

Compartir en facebook
Compartir en google
Compartir en twitter
Compartir en linkedin

El escenario actual favorece que el Vehículo de Ocasión esté viviendo una etapa de crecimiento continuado y con previsión de que siga siendo así en los próximos años, provocado por el momento de transformación por el que está atravesando el sector de automoción y un futuro algo incierto en cuanto a normativa y regulación.

El mercado de ocasión tiene cada vez más presencia por varias razones y es que en un momento de transición energética y aumento de los precios entre otras variables a tener en cuenta, los vehículos usados se presentan como una solución atractiva, económica e inteligente.

El comportamiento de los vehículos usados con antigüedad que no supera los 7 años, en los próximos años tendrá un recorrido positivo, impulsado por diferentes soluciones de movilidad cada vez más afianzadas en el mercado y que generarán stocks importantes de estos vehículos, provocando, además, nuevos modelos de negocio que no sean únicamente su venta. Estos vehículos cumplen con la normativa de seguridad y sostenibilidad y por eso deberíamos tener en cuenta la palanca que ofrecen para favorecer un modelo de movilidad con futuro.

No hay que olvidar que el canal del Renting es sin duda el canal que más está contribuyendo a la aportación de vehículos jóvenes al mercado de VO, multiplicándose alrededor del 280% los vehículos que aporta respecto de 2015. Esta tendencia de crecimiento se seguirá observando en los próximos años, donde el Canal Renting en matriculaciones tendrá un papel destacado, ganando cada vez más cuota y por lo tanto un importante canal de abastecimiento del VO.

Es por todo lo que se ha citado en las líneas anteriores, que el vehículo de ocasión se encuentra en un nuevo entorno, que le hace posicionarse en el centro de la movilidad. Un contexto en el que la movilidad gira alrededor del vehículo y en el que se debe poner el foco en el vehículo de ocasión, por la importancia que toma. 

El vehículo de ocasión, palanca necesaria para la transformación de la movilidad, se hace imprescindible en el nuevo modelo. Se genera stock de vehículo de ocasión suficiente que cumple con todas las normas medioambientales y de seguridad, como para ser considerado una palanca de transformación que no estamos consiguiendo que alcance la velocidad de crucero que debería, para llegar a los objetivos que nos hemos marcado como país.

Teniendo como empuje principal la normativa, nos encontramos en un escenario donde el vehículo tiene que aportar una solución de movilidad entendida como servicio, pasando a dar protagonismo a fórmulas como el renting en cualquiera de sus modalidades, todas ellas opciones diferentes a la compra.  Ante este reto, provocamos que los vehículos tengan ciclos más cortos durante su vida útil, generando muchos más vehículos usados jóvenes que cumplen con la normativa medioambiental y de seguridad, acompañado todo ello por un momento en el que el vehículo de ocasión se convierte cada vez más en la primera opción de compra.

Por todo eso, el vehículo de ocasión tiene que ser parte de las iniciativas llevadas a cabo para acelerar que la movilidad sostenible sea una realidad, siendo parte de la solución para que la transmisión sea ordenada a medida que se va adoptando la cultura de la sostenibilidad en el más amplio sentido de la palabra. Sostenibilidad no significa únicamente electrificación.

Entendiendo el Vehículo como un Activo, eliminamos etiquetas de vehículo nuevo, usado, de ocasión… y nos centramos en valorar el activo dependiendo del momento en el que se encuentre durante su vida útil.

Teniendo en cuenta esta premisa fundamental, hace que el Vehículo=Activo tome la importancia que se merece.

Este Activo (vehículo), durante su ciclo de vida pasa por diferentes fases en las que el concesionario juega un papel principal. 

Un mismo Activo (vehículo) ofrece diferentes fórmulas de movilidad según la etapa en la que se encuentre durante su ciclo de vida y el concesionario canal de enlace entre el activo y el individuo, es el que mejor puede ofrecer en función de las necesidades de uno y las prestaciones de otro, la solución que se adapte mejor en cada momento.

El vehículo tratado como un activo permite que la transición hacia una movilidad sostenible sea ordenada y equilibrada, además de aprovechar el activo (vehículo) para obtener su máximo rendimiento, aportando en cada estadio de su vida útil, la rentabilidad necesaria para que el modelo sea exitoso dentro del ecosistema de economía circular que se está diseñando.

Un mismo vehículo aporta múltiples soluciones de movilidad durante su vida útil, esto es obvio, pero hay que entender y conocer el modelo de economía circular cruzado con la opción de movilidad que elige el individuo de acuerdo con sus necesidades, para que el activo vaya pasando de un estado a otro rentabilizando todas posibilidades que el vehículo ofrece y creando líneas de negocio a partir de este nuevo concepto.

El concesionario en el ecosistema de economía circular es el mejor compañero de viaje del vehículo, tratado como un activo.

Es el momento en el que el Concesionario ante la oportunidad que ofrece el escenario de la movilidad que se está diseñado, y en el que la economía circular se hace necesaria para que el modelo sea de futuro, tiene que apostar por adoptar el rol que le corresponde e interiorizar que está en el centro de la operativa.

El cambio de cultura del Concesionario para gestionar el vehículo como un activo y por lo tanto no enmarcarlo únicamente en la posventa, se hace imprescindible para modelos de negocio rentables.

La gestión del VO más allá de la postventa garantiza al concesionario un posicionamiento diferenciador frente a otros actores y además ahora es el momento.

Los concesionarios están obligados a evolucionar y se hace necesario para que el modelo sea exitoso en muchos sentidos, además, cuentan con todas las herramientas necesarias para ello: Tienen la capilaridad suficiente para dar servicio, poseen el producto que hace posible ofrecer soluciones de movilidad, poseer el conocimiento del mercado y de su entorno les asegura ofrecer soluciones de acuerdo con las necesidades del mercado y de los ciudadanos y además y sobre todo, necesitan rentabilizar al máximo el vehículo.

Los concesionarios son los verdaderos gestores de vehículos usados tratados como un activo.

El concesionario es la llave y el vehículo es la clave.

El Concesionario ante este escenario se convierte en Hub de Movilidad.

El Hub de Movilidad entendido como canal de abastecimiento de las fórmulas de movilidad a partir de los activos que el concesionario posee. En este sentido, el cambio de cultura en el concesionario se hace imprescindible.

El vehículo usado si se gestiona como un activo se obtiene la máxima rentabilidad, además de aportar la solución de movilidad necesaria en cada momento al individuo.

El Hub de Movilidad genera a partir de la óptima gestión de activos (vehículos usados)  un vehículo eficiente y seguro, de acuerdo a la normativa del momento, en pro de la movilidad sostenible y ayudando a la intermovilidad a partir de la colaboración público-privada, punto indispensable para que el ciudadano pueda libremente elegir la forma de movilidad que necesita en cada momento para cubrir sus necesidades, sin tener que renunciar al vehículo privado, al mismo tiempo de ser una palanca importante de rejuvenecimiento del parque.

Además, y no menos importante, el concesionario, siendo Hub de Movilidad refuerza el servicio de posventa, consiguiendo rentabilizar al máximo sus activos (vehículos usados) obteniendo el beneficio adecuado durante la vida útil del vehículo.

Es necesario tener una visión integral del rol que juega cada actor en el mapa de la movilidad, dando la importancia que se merece al vehículo y apostando por un cambio de cultura necesario para que el modelo sea exitoso.

La movilidad con futuro pone el foco en el ecosistema de la economía circular acompasado de la normativa y para ello es importante comenzar a enmarcar al vehículo como un activo.

El concesionario además del reto que tiene por delante en el cambio de cultura, ha de ocupar el papel clave que juega. Inevitablemente, el modelo de negocio asociado al vehículo de ocasión, conocido hasta ahora, evoluciona como lo hace el entorno.

La evolución y la transformación del Concesionario, es su futuro, y para ello tiene que diseñar estrategias e implementar herramientas que le permitan acompañar al ciudadano, asegurando su éxito y sumando en una movilidad sostenible con futuro.

Ana Sánchez

Directora de Industria, Automoción y Movilidad Sostenible

Grant Thornton